Tegucigalpa. – El Ministerio Público (MP) por medio de La Fiscalía Especial de Delitos Contra la Vida (FEDCV), presentó ante el Juzgado con Competencia Territorial Nacional en Materia Penal, requerimiento fiscal con solicitud de orden de captura contra el coronel Víctor Alonzo Ponce Martínez, a quien se le supone responsable de cinco delitos de homicidio ocurridos durante las protestas por la reelección y los resultados de las elecciones del año 2017.
Las personas fallecidas son Víctor Evelio Martínez Álvarez, Roger Alberto Vásquez Reyes, José David Ramos Lamber, Mauricio Yonathan Echeverría Hernández y Michael Yair Ponce Sauceda.
De acuerdo a la relación de hechos y denuncia investigada por el Ministerio Publico, el primero de diciembre del 2017 un grupo de pobladores protestaban en una de las calles de la colonia López Arellano de San Pedro Sula, seguidamente, el hoy acusado, coronel Ponce Martínez al mando de 172 policías militares del orden público, llegó a la zona con el propósito de desalojar a los manifestantes.
Posteriormente, las personas que protestaban intentaban abrir paso al conductor de una rastra quien les manifestó que traía a un familiar enfermo y necesitaba llegar a un hospital. En ese momento los policías militares, siguiendo la orden del coronel se ubicaron en posición de ataque, utilizando sus armas de uso oficial, abrieron fuego contra la humanidad de todos los manifestantes, dejando como saldo lamentable la muerte de cinco ciudadanos quienes quedaron tendidos en la carretera.
Al terminar los disparos varios policías militares comenzaron a perseguir a los pobladores, quienes en medio del pánico huían de las balas en todas direcciones, propinándoles golpes con sus armas, toletes y patadas lo que provoco además que muchas personas terminaran heridas.
Al final, siguiendo siempre las órdenes del coronel Víctor Alonzo Ponce Martínez, varios militares comenzaron a manipular el lugar de los hechos recogiendo los casquillos de sus armas y colocando armas de fuego para hacer creer que los manifestantes portaban pistolas, sin embargo, el Ministerio Público logró comprobar que eso no fue cierto. Simultáneamente, los uniformados, tiraban tierra con sus pies a los lagos hemáticos (charcos de sangre), que habían quedado en el lugar con la finalidad de ocultarlos.