Tegucigalpa. Francisco Morazán. La Sección Antisecuestros y Operaciones Especiales de la Fiscalía Especial Contra el Crimen Organizado (FESCCO) obtuvo auto de formal procesamiento con prisión preventiva en contra ocho supuestos integrantes de una banda de secuestradores, a quienes se les remitió al centro penal de El Progreso, Yoro.
Se trata de los policías activos Lester Elías Castillo Betanco alias “Chacorta” (agente de tránsito en Choloma), Henry Roel Amaya Rodríguez alias “El Chele” (agente comunitario en la Rivera Hernández), Maudiel Rolando Ferrera Amaya (agente de tránsito en Villanueva) y Leonel Alonso Valladares Blanco alias “El Cantante” (agente de tránsito en Tegucigalpa).
Asimismo, los civiles Eduardo Manuel Quiroz Betanco, Manuel Humberto Ramírez Sánchez, Lumbid Enrique Pacheco Flores y Ernesto Adalberto Lovo Carías.
A todos, se les presume responsables del delito de secuestro agravado y asociación para delinquir, razón por la cual el pasado jueves 1 de junio se les dio captura mediante operativos ejecutados por la Unidad Nacional Antisecuestros (UNAS) de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) en El Paraíso, El Paraíso; El Corpus, Choluteca; Tegucigalpa, Francisco Morazán; El Progreso, Yoro y San Pedro Sula, Cortés.
De acuerdo a las diligencias investigativas, los encausados han venido desde hace años operando una red criminal que identifica víctimas a quienes privan de su libertad con el propósito de cobrar fuertes sumas de dinero a cambio de su liberación.
El último caso documentado por el que el Ministerio Público le solicitó al juzgado con jurisdicción nacional de San Pedro Sula que librara las respectivas órdenes de captura data del 15 de marzo de 2023, fecha en que secuestraron a un comerciante de la zona occidental del país.
La exigencia económica a los familiares de la víctima fue de cinco millones de lempiras (L.5,000,000.00).
Por este caso, se produjo también el decomiso de dos vehículos tipo camionetas, 10 teléfonos celulares, una sim card y prendas de vestir utilizadas el día del hecho, todos empleados durante el secuestro.
De esta manera, la FESCCO y la UNAS desarticularon una estructura delincuencial organizada que operaba a nivel nacional de forma independiente.