Tegucigalpa, Francisco Morazán. Auto de formal procesamiento y prisión preventiva es la medida lograda en audiencia inicial por la Sección Antiextorsión de la Fiscalía Especial Contra el Crimen Organizado (FESCCO) en la causa penal que se le instruyó a un presunto integrante del grupo delictivo “La Mafia”.
Se trata de Santiago Hernández Murillo acusado por los delitos de lavado de activos y asociación para delinquir, quien fuera detenido el pasado 2 de mayo en el departamento occidental de Copán por elementos de la Dirección Policial Anti Maras y Pandillas Contra el Crimen Organizado (DIPAMPCO).
La semana pasada también se procesó por los mismos delitos a Dalia Claribell Bueso Hernández, capturada el 26 de abril en Santa Rosa de Copán.
A este caso se le nombró Operación Maya, puesta en marcha el pasado 20 de abril en los departamentos de Francisco Morazán, Copán y Atlántida, donde mediante 21 allanamientos se capturó a Edwin Nahúm Oliva Mejía (cabecilla), Rosa Karina Herrera, Erika Karina García Raudales, José Arnaldo Chinchilla Vásquez, Ingrid Damaris Castellanos Aragón, Jesús Humberto Díaz Sanabria, Saraí Anabel Ulloa Navarro, Magaly Liliana Valladares Arita, Carmen Alejandra Valladares Arita, Luis Antonio Valladares Arita, Mirian Arely Velásquez Gutiérrez y Julio César Banegas Martínez.
A estos se sumaron ocho encausados más que ya guardaban prisión: Orlin Javier Alvarado Peralta alias “Mafia” o “Chino” (principal cabecilla y jefe de la banda), Santos Samuel Cruz Peralta, José Luis Mayorquín Cruz, Williams Joel Navas Rivera alias “Terrible” o “Demente”, Ángel Enrique Espinal Guerrero alias “Nayen”, Kevin Mariano Pérez Amador alias “El Soldado” o “Marianito” o “Marciano”, Carlos Ariel Meléndez alias “Marmota” y Dennis Alexander Galeas Munguía alias “Mamey”, sumando 21 miembros procesados.
Conforme a la relación de hechos, el grupo delincuencial “Mafia” se ha agenciado de más de 10 millones de lempiras, según peritaje del Ministerio Público.
Lo anterior, por haber venido realizando cobros extorsivos a propietarios de comercios de diversos rubros, a través de transferencias bancarias y transacciones directamente desde un celular y billeteras electrónicas.
Las víctimas, a las que mantenían atemorizadas mediante el uso de la violencia, amenazas e intimidación, se ubican en ciudades como Santa Rosa de Copán, La Ceiba, Tegucigalpa y zonas aledañas (San Juancito, La Venta y otros).