San Pedro Sula. Cortés. En un nuevo esfuerzo por hacer frente a agrupaciones delictivas y a miembros y cabecillas de maras y pandillas, el Ministerio Público ha puesto en marcha este viernes la Operación Escudo Nacional III.
Se trata de acciones contra flagelos como la extorsión, el tráfico y microtráfico ilícito de drogas, almacenamiento de armas, sicariato, apoderamiento de zonas y territorios con fines criminales u otros delitos, para lo cual el Equipo Fiscal Contra el Microtráfico de Drogas dirige la operatividad a nivel nacional con el apoyo de la Fiscalía Especial Contra el Crimen Organizado (FESCCO), la Fiscalía Especial de Delitos Contra la Vida (FEDCV), la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) y la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico (DLCN).
A las labores de allanamientos, inspecciones, operativos, ejecución de órdenes de captura, detenciones infragantis, vigilancias, decomisos, incautaciones y erradicación de estupefacientes que lidera el Ministerio Púbico, se suman la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP), la Dirección Policial de Investigaciones, la Dirección Nacional Policial Antidrogas (DNPA), la Policial Nacional Preventiva, las Fuerzas Armadas y el Sistema de Emergencia 911.
Ciudades como San Pedro Sula, Choloma, Villanueva, Puerto Cortés, Progreso, Yoro, Santa Bárbara, La Ceiba, Tocoa, Comayagua, Choluteca y Tegucigalpa concentran el mayor número de casos, de los que se pretende desmantelar estructuras criminales dedicadas a multiplicidad de ilícitos.
En Operación Escudo Nacional III se han localizado y se procede a destruir nuevos puntos con cámaras y circuitos cerrados de monitoreo, a través de los cuales, la Pandilla 18 y Mara Salvatrucha MS-13 rastrean y prevén la llegada de las autoridades a las zonas en las que operan, con lo que han logrado tomar el control de barrios y colonias enteros, sobre todo en la zona norte del país. El Ministerio Público reafirma a la ciudadanía su compromiso de combatir el delito en cualquiera de sus manifestaciones, consientes que grupos como las maras y pandillas han mantenido en zozobra y han enlutado a millares de familias hondureñas.