Tegucigalpa, Francisco Morazán. Tras un exhaustivo análisis, la Fiscalía Especial Contra Delitos Tributarios y Conexos (FE-CDTC), presenta dos requerimientos fiscales en el marco de la Operación Nacional VI, el primero por el supuesto delito de malversación por apropiación y el otro por la supuesta comisión del delito defraudación fiscal.
En ese sentido, se presentó requerimiento fiscal contra Darwin Arturo Portillo Osorio, por suponerle la comisión del delito de malversación por apropiación, ya que al requerirle que entregase 162 bloques de queso valorados en L 479, 988.39 y dejados en calidad de depósito a su persona, no hizo entrega de los mismos.
Los 162 bloques de queso fueron contabilizados el pasado 29 de agosto de 2022, cuando el procesado aseguró, ante los agentes de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), ser el dueño de los mismos, hecho que se dio en Santa Martha, Valle de Jamastrán, El Paraíso.
El pasado 22 de abril se le notificó al señor Portillo Osorio, de la destrucción del lácteo dejándolo en depósito a él; asimismo, la Agencia de Regulación Sanitaria (ARSA), dictaminó que no era apto para consumo humano y que el mismo debía ser entregado a la Fiscalía de Catacamas para su respectiva destrucción, a lo cual él no contestó la llamada ni hizo entrega del producto.
Por otro lado, se presentó requerimiento fiscal contra Lui Lamar Mclaughlin Wesley, representante legal de la empresa Blue Seafood S. de R. L. por suponerle responsable de la comisión del delito de defraudación fiscal en perjuicio de la Administración Pública.
Según la investigación realizada por la Fiscalía, reveló que, en el periodo de 2019 Lui Lamar, ocultó ingresos por sus actividades comerciales generado por sus actividades comerciales por L 1,451,777.85; al no declararlos con el propósito de defraudar al fisco, como consecuencia el Estado dejó de percibir 691,373.04
De igual forma, y con el fin de verificar los procedimientos aduaneros, personal de esta Fiscalía se presentó al puerto de Henecán, en San Lorenzo, Valle y en la empresa Hondumares, en Tegucigalpa, con suma diligencia verificó la mercancía que ingresa al puerto, ya sea en: contendedores, vehículos, entre otros.