Tegucigalpa, Francisco Morazán. Tras la ejecución de seis allanamientos de morada la Fiscalía Especial Contra el Crimen Organizado (FESCCO) y la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) reportan la captura de cuatro personas que integran una red internacional estafas electrónicas en perjuicio de Banrural y que ha dejado daño financiero que asciende a más de 11 millones de lempiras (L. 11,260.759.39).
La supuesta cabecilla de la red y exempleada de Banrural, Ayline Jemina Cruz Ortiz y su pareja Félix Josué Durón, fueron capturados en la colonia Bella Vista Satuyé de La Ceiba, el exempleado del banco, Delmer Jeovanny Cárdenas Garay en la aldea La Cruz de Morazán, Yoro y el aún agente bancario Miguel Darío Domínguez Garay en la residencial Santa Lucía de Yoro.
Todos están acusados por estafa continuada y lavado de activos en perjuicio de Banrural y del Orden Socioeconómico; los cuatro detenidos serán trasladados por agentes de apoyo estratégico, operaciones especiales y comunicaciones de la ATIC, al juzgado en materia de criminalidad organizada, medio ambiente y corrupción de Tegucigalpa.
De los seis allanamientos, dos se practicaron en La Ceiba, Atlántida; dos en Morazán, Yoro, uno en Tegucigalpa, Francisco Morazán y San Pedro Sula, Cortés, respectivamente; todos con el apoyo de la Policía Militar del Orden Público (PMOP) y la Dirección de Comunicación Estratégica.
Los hechos denunciados por la gerencia de cumplimento de Banrural se suscitaron entre abril y mayo del presente año, cuando recibieron alertas de transacciones atípicas que eran dirigidas desde una de las agencias del banco, utilizando tarjetas de crédito o débito asociadas a cuentas de ahorro.
Agentes contra el crimen organizado de la ATIC, de las diligencias efectuadas detectaron que, una vez procesadas las transacciones, anulaban las mismas, sin embargo, acreditaban los fondos a sus cuentas particulares e inmediatamente realizaban los retiros de dinero que eran entregados a terceros.
De esta manera ocultaban el origen del dinero y la legalidad de los fondos acreditados en sus cuentas.
Se ha logrado establecer que estas personas están lavando activos mediante estas transacciones sospechosas en las que reciben grandes cantidades de dinero, para beneficio propio, afectando los intereses del banco y los demás sistemas financieros, al ingresar dinero ilícito convirtiéndolo en aparentemente lícito.
Para las diligencias del presente caso se obtuvo el apoyo de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) adscrita a la Comisión Nacional de Banca y Seguros (CNBS).