Tegucigalpa, Francisco Morazán. – La Dirección de Medicina Forense del Ministerio Público, por medio de la Sección de Identificación Humana y con el ánimo de crear conciencia en la población para evitar más fatalidad, reporta que durante el 2024 se efectuaron 31 autopsias médico legales a igual número de cuerpos inertes de menores de edad, quienes, de conformidad con los protocolos fueron identificados por odontograma forense y además se precisó que sus decesos son muertes violentas producto de accidentes de tránsito.

La determinación de causa y manera de muerte de éstos 31 menores de edad es parte del aporte técnico científico que da la Dirección de Medicina Forense para la investigación de los hechos en donde perdieron la vida niños, niñas y adolescentes, en cumplimiento al mandato de la Ley; en ese sentido, los peritos, en éste caso odontólogos forenses, además de aplicar técnicas especiales para la identificación de los cadáveres, están en la capacidad de determinar la edad de los fallecidos. Según la estadística hablamos de un grupo cuyas edades oscilan entre los dos y 18 años.

Los accidentes de tránsito enlutan así los hogares de 31 familias, las muertes en éstos escenarios están calificadas desde el punto de vista médico legal como muertes violentas, ya que existió en todos los casos un factor externo que condujo a las víctimas al fallecimiento, ocasionados por eventos donde se vieron implicados en su mayoría vehículos y motocicletas teniendo como resultado inmediato o diferido la muerte de los menores de edad.

La mayoría de los levantamientos cadavéricos fueron realizados en el municipio de Francisco Morazán, salidas que desde la capital conducen al norte y oriente del país, al departamento de Olancho, bulevares, puentes peatonales de la ciudad y alrededores del anillo periférico en el Distrito Central; otros levantamientos fueron hechos en la morgue del Hospital Escuela.

Con la responsabilidad del caso, las autoridades forenses hacen un llamado de reflexión a la población en general para conducir de manera prudente y responsable los automotores, atender las disposiciones de la Ley de Tránsito y minimizar de todas las maneras posibles los riesgos a la hora de trasladar niños, niñas y adolescentes en los automotores; así como, evitar que adolescentes conduzcan los mismos, importante es mencionar que la sociedad en su conjunto deviene en la obligación de proteger a la niñez de cualquier amenaza en su integridad física, síquica o moral.