Tegucigalpa. Francisco Morazán. La Operación Maya se ha llevado a término con éxito y como resultado 20 líderes e integrantes de la banda “Mafia” deberán comparecer a audiencia de declaración de imputado por presumirles autores de los delitos de extorsión continuada, lavado de activos y asociación para delinquir.
De éstos, Orlin Javier Alvarado Peralta alias “Mafia” o “Chino”, quien es el principal cabecilla y jefe de la banda, guarda prisión en la penitenciaría de Támara por otros lícitos y de nuevo deberá enfrentar la justicia, al igual que Santos Samuel Cruz Peralta, José Luis Mayorquín Cruz, Williams Joel Navas Rivera alias “Terrible” o “Demente”, Ángel Enrique Espinal Guerrero alias “Nayen”, Kevin Mariano Pérez Amador alias “El Soldado” o “Marianito” o “Marciano”, Carlos Ariel Meléndez alias “Marmota” y Dennis Alexander Galeas Munguía alias “Mamey”.
Los 12 restantes, que fueron capturados este jueves mediante 21 allanamientos en Francisco Morazán, Copán y Atlántida, son: Edwin Nahúm Oliva Mejía (cabecilla), Rosa Karina Herrera, Erika Karina García Raudales, José Arnaldo Chinchilla Vásquez, Ingrid Damaris Castellanos Aragón, Jesús Humberto Díaz Sanabria, Saraí Anabel Ulloa Navarro, Magaly Liliana Valladares Arita, Carmen Alejandra Valladares Arita, Luis Antonio Valladares Arita, Mirian Arely Velásquez Gutiérrez y Julio César Banegas Martínez.
De esta manera, la Fiscalía Especial Contra el Crimen Organizado (FESCCO), en coordinación con la Dirección Policial Anti Maras y Pandillas Contra el Crimen Organizado (DIPAMPCO), culmina con la etapa preparatoria y da paso a la etapa intermedia del proceso penal.
La medida cautelar a solicitarse por los fiscales de la Sección Antiextorsión será la detención judicial.
Conforme a la relación de hechos, el grupo delincuencial “Mafia” se ha agenciado de más de 10 millones de lempiras, según peritaje del Ministerio Público.
Lo anterior, por haber venido realizando cobros extorsivos a propietarios de comercios de diversos rubros, a través de transferencias bancarias y transacciones directamente desde un celular y billeteras electrónicas.
Las víctimas, a las que mantenían atemorizadas mediante el uso de la violencia, amenazas e intimidación, se ubican en ciudades como Santa Rosa de Copán, La Ceiba, Tegucigalpa y zonas aledañas (San Juancito, La Venta y otros).
Algunos modus operandi eran visitas con uso de armas, envío de mensajes con advertencias de muerte y comunicaciones de ultimátum por distintas redes sociales; muchas órdenes salían desde cárceles. Varios casos datan del 2014.